“Volveremos a vivir nuevamente en el lado correcto de la historia después del 11 de abril”
Gustavo Mateus Acosta, congresista de la Asamblea Nacional de Ecuador por La Unión por la Esperanza (UNES), y ex cónsul en Murcia conversa con El Transatlántiko tras resultar electo en la circunscripción exterior Europa-Asia-Oceanía.
Alessandro Faggiano
-¿Cómo entiende la política?
En mi caso soy un migrante más aquí en Europa. Llevo más de 21 años viviendo entre Madrid, Murcia y Londres. Fui docente de idiomas, siempre estuve vinculado al trabajo social y aquí en España me dediqué al servicio público, trabajando durante 8 años en el Consulado. Finalmente durante la década ganada, tuve el honor de asumir el rol de Cónsul General en Madrid, siempre muy cerca de las necesidades de los migrantes ecuatorianos en el País.
Antes del trabajo consular, formaba parte de esa grandísima parte de migrantes que se definían ‘mileuristas’ y que para llegar a fin de mes teníamos que desempeñar otros trabajos. Hice de todo: buzoneo, suministrar encuestas a pie de calle, trabajar en el parking de un restaurante de la zona de Bernabéu, y también me dediqué a corregir textos por revistas especializadas. Finalmente, trabajé mucho por los migrantes que representaban los sectores más vulnerables, como detenidos, jóvenes en centros de reinserción u hombres y mujeres encerrados en los CIE.
-¿Qué diferencias sustanciales destacas entre la ‘política de despacho’ del consulado, y ser asambleísta?
Siempre he estado donde solicitaban mis servicios para ayudar a mis compatriotas. En el caso del consulado me quedo con el soporte que pude brindar a los más necesitados y los que menos recursos económicos tenían. Te digo que cuando pensaron en mí para liderar la candidatura en Europa, les pregunté de forma repetida: “¿Seguro que lo han pensado? «. Para mí, tanto de cónsul como ahora de asambleísta electo, siempre pongo por delante el agradecimiento y el honor de desempeñar estas funciones públicos. Me siento parte de esa gran familia migrante que es la ecuatoriana.
-¿Cuánto pesa Rafael Correa en La Unión por la Esperanza (UNES)? ¿Qué diferencias de liderazgo y programática tienen el ex presidente y el candidato Andrés Arauz?
La revolución ciudadanacambió la estructura política, social y económica a todos los niveles. La situación actual con el binomio Arauz-Rabascall es diferente: Ellos retomarán la senda del progresismo, aunque no de la misma manera que Rafael Correa. Arauz no solo es un joven capaz y experimentado, que conoce a fondo la migración – vivió como estudiante fuera del país – también se presenta como el candidato a futuro presidente más joven del Ecuador con tan solo 36 años. Eso dice mucho de los cambios que hará en el país, así como de la agenda del siglo XXI que propone. Vamos avanzando con la digitalización, la innovación y el enfoque en la creación de un futuro mejor para nuestro pueblo.
-Los gobiernos de Rafael Correa tuvieron divergencias con el ecologismo y el movimiento indígena. Yaku Pérez, candidato por el movimiento Pachakutika, consiguió casi el 20% de los votos y estuvo a punto pasar a la segunda vuelta. ¿Es una herencia de la Revolución Ciudadana?
Yo creo que desde siempre las luchas del movimiento indígena han sido las mismas que la del movimiento de la Revolución Ciudadana (RC). En octubre 2019 el movimiento indígena se convirtió en oposición directa a la presidencia de Lenin Moreno. Ahí al frente. Siempre lo hemos reconocido.
Seguimos juntos reclamando los derechos de nuestra tierra. Nosotros estamos seguros que el gran movimiento indígena siempre estará del lado de los cambios que ha ofrecido y sigue ofreciendo laRC. Pero Yaku Pérez no representa todo el movimiento, fue una figura creada ad hoc por la derecha neoliberal.
-Xavier Hervas (Izquierda Democrática) captó el voto de los más jóvenes.
Arauz tuvo un alto porcentaje en la consecución de voto de jóvenes. Pero tal vez haya influido en la nueva población, que hay votantes sin memoria histórica. No vivieron directamente los trágicos acontecimientos para Ecuador del feriado bancario. Hubo un cambio radical entre el Ecuador de antes de la Revolución Ciudadana y el de la década ganada. Creo que tenemos en esta campaña que recordar la historia, a nuestras familias y nuestro entorno. Hay que saber comparar.
-La movilización en Europa fue relativamente baja. ¿Que faltó para activar un voto que en gran medida se volcaba con la RC?
Los migrantes votamos con corazón y memoria porque reconocemos los derechos que ganamos nosotros en el exterior: participación ciudadana y política, así como servicios consulares y diplomáticos. Antes de la Revolución Ciudadana, los migrantes éramos invisibles, y no tomados en cuenta por ningún gobierno. Este sector vota masivamente por la lista progresista liderada por el binomio Arauz-Rabascall. ¿Que pasó con los que no votaron? Hubo falta de información por parte de los órganos electorales, los cuales desincentivaron el voto asegurando que no había obligatoriedad. Tampoco dieron detalles sobre los recintos y mesas electorales. Todo esto fue una confabulación para que la población migrante no votara.
-El 11 de abril es una fecha marcada en rojo en el calendario latinoamericano. ¿Hay retroalimentación entre este proceso electoral y otros como los de Chile y Perú Ecuador?
A nivel regional, el futuro presidente Andrés Arauz ya está tejiendo redes y ha visitado varios países. Estuvo hace pocos meses en Argentina y Bolivia. Ha viajado hasta Estados Unidos para revisar cualquier acuerdo que hubiera hecho Lenin Moreno. Arauz tiene como objetivo afianzar la alianza progresista en en el continente y recuperar la UNASUR, que con el cambio de rumbo de la región se bloqueó. Nuestro eslogan es: «Recuperamos la Patria». Eso significa también retomar las alianzas con los gobiernos progresistas.
-¿Cuánto afectan las dinámicas regionales en las contiendas electorales nacionales? ¿Puede ser el 11A un punto de la para el regreso del progresismo en America Latina?
Ya en Chile tuvimos un gran triunfo. Al igual que en Argentina y Bolivia. Se está entrando en una fase de recuperación de los derechos. Andrés Arauz va a ganar el 11 de abril. Y sin duda va a influir positivamente.
-Lula da Silva volverá a competir en las próximas elecciones. Jeanine Áñez ha sido detenida, y Lenin Moreno fue forzado a quedarse en Ecuador. ¿El lawfare que denunciaba la izquierda ya forma parte del pasado?
Hay circunstancias que van anticipando triunfos. Todavía quedan injusticias que ponerles fin como la encarcelación del legítimo vicepresidente Jorge Glas, o el exilio de Rafael Correa. Después del 11 de abril volveremos a vivir nuevamente en el lado correcto de la historia. Donde cada uno de nosotros recupere los derechos y la dignidad que nos merecemos como ciudadanos del Ecuador.
-¿Qué diferencias hay entre la gestión de la pandemia de la covid 19 en Europa, y la de Ecuador?
Todos los países europeos han desarrollado planes contra la covid 19. A diferencia de Ecuador, que no tiene ninguno. Desde el comienzo de la pandemia nadie ha querido hacerse responsable de los desastres que se han producido por la pésima gestión.
Se trata de un Gobierno inhumano y cada día que pasa vamos de mal en peor. Prometieron un plan de vacunación, pero se descubrió que no era. Se puso el riesgo sobre todo a quienes más luchan contra a la pandemia en primera línea, porque entre otras cosas se comercializó la vacuna. Se ha priorizado la vacunación entre los amigos del Gobierno y de la banca ecuatoriana. Han salido a la luz muchos nombres vinculados a Lenin Moreno y al candidato Guillermo Lasso, que recibieron los primeros la vacuna, antes que quienes ponían el cuerpo ante la pandemia. Es una vergüenza que esto suceda. Terminaremos de inmediato con esto, para nosotros la salud es lo primero.
-¿Cuál va a ser el terreno de conflicto privilegiado por el futuro?¿Dónde se librará la batalla narrativa entre progresistas y conservadores?
Vamos a ser optimistas y pensar que esta pandemia acabe pronto. La lucha por recuperar la salud del Gobierno ecuatoriano se va a librar de inmediato, metiendo en campo un plan de vacunación. Luego nos fijaremos otros objetivos también centrales como la educación y la recuperación de la economía. La batalla se va a librar en la consecución de los derechos, donde se beneficien créditos con poco interés. Lasso todavía confunde las obligaciones de un Gobierno con la vocación de una fundación ffilantrocapitalista. Dijo, «nosotros vamos a donar miles de computadoras». ¿Pero qué donaciones? El Gobierno invierte en educación, en salud. No lo dona, es una inversión. Y eso es lo que vamos a hacer con el Gobierno de Arauz y Rabascall. Recuperaremos la economía familiar.